Las ciudades resilientes son aquellas capaces de prepararse, resistir, recuperarse y adaptarse ante adversidades como desastres naturales y otros impactos derivados del cambio climático. Con una infraestructura bien planificada y responsablemente construida, están en la capacidad de permanecer en el tiempo, resistir eventos extremos y adaptarse a cambios futuros.
El uso de materiales de calidad es fundamental para la construcción de ciudades resilientes por varias razones. Por ejemplo, el cemento es un material que proporciona durabilidad y resistencia a las estructuras, lo que es crucial para soportar eventos extremos como terremotos, huracanes e inundaciones. Las edificaciones construidas con cemento de alta calidad son menos propensas a sufrir daños severos durante desastres naturales, lo que reduce el riesgo de colapsos y minimiza las pérdidas humanas y materiales.
En Ecuador, a pesar de su alta actividad sísmica y exposición a otros fenómenos derivados del cambio climático, no todas las construcciones cumplen con el uso de materiales de calidad, como marca la Norma Ecuatoriana de la Construcción (NEC).
UNACEM Ecuador, en su planta de producción, ubicada en Otavalo, produce tres tipos de cemento con los mayores estándares de calidad. El emblemático cemento Selvalegre; Campeón, un cemento de uso general y Armaduro, un cemento para el sector de los prefabricados.
Además, desde 2023, integró en sus operaciones soluciones de hormigón Selvalegre con dos plantas en Pichincha, una en Santo Domingo y otra en Manabí.
Desde hace más de una década incorporamos los principios de la economía circular en nuestros procesos de producción para fabricar cementos de manera más sostenible. Por ejemplo, incorporamos materias primas recicladas y utilizamos combustibles alternativos. Esto nos ha permitido reducir la huella de carbono de todas nuestras soluciones, garantizando su calidad, durabilidad y resistencia. De esta manera, tenemos materiales para una construcción sostenible que incluso pueden reabsorber el CO2 a lo largo de su vida útil, tal y como ha sido demostrado en recientes estudios.
Además de estas ventajas, las construcciones de hormigón tienen una excelente eficiencia energética, ya que poseen una elevada inercia térmica que ayuda a mantener una temperatura estable en el interior de las viviendas, reduciendo así el consumo energético en sistemas de climatización.